The Pains Of Being Pure At Heart – «Belong» (2011)

Los neoyorkinos The Pains Of Being Pure At Heart entregan un segundo álbum, «Belong» (29 marzo 2011), que mantiene muchas de las constantes de su magnífico disco de debut, aunque esta vez parecen decantarse por los sonidos más pop y cantarines («The Body», «My Terrible Friend»), con lo que, desde mi punto de vista, pierden cierto fuelle. Aun así, sigue habiendo temas redondos como «Belong» y «Heaven’s Gonna Happen Now», o interesantemente emotivos como «Anne With An E» o «Too Tough», así como cierto espacio para la máxima distorsión, en «Girl Of 1.000 Dreams». En cualquier caso, un disco más que apetecible. Lástima que Kip Berman muestre una voz tan escasa en los directos.

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De The Pains Of Being Pure At Heart también te recomendamos:

«The Pains Of Being Pure At Heart» (2009)

Dávila 666 – «Tan bajo» (2011)

Ya tenía ganas de hablar en este blog de Dávila 666, la banda puertorriqueña de garage-rock, y lo hago ahora aprovechando que acaban de lanzar su segundo disco, «Tan bajo» (1 marzo 2011). Y es que ya me sorprendieron con su primer largo, («Dávila 666» -2008-), en el que hacían del rock sucio y garajero su seña de identidad. Ahora, vuelven con esa misma base, aunque dan más variedad a su repertorio con influencias psicodélicas e incluso de rock’n’roll y rythm’n’blues de los 60, así como letras y sonidos más oscuros, mediante canciones instantáneas de poco más de dos minutos de media. Ya desde el principio desconciertan con «Tan bajo», pero en seguida empieza la máquina a funcionar con descargas como «Obsesionao», «Mala», «Esa nena nunca regresó» o «Ratata», o con inspiraciones a lo The Jesus & Mary Chain como «Si me vez», «Los cruces» o «Yo sería otro». Verles en directo debe de ser lo más parecido al éxtasis, porque tienen pinta de darlo todo en el escenario, en clubes pequeños donde darse la sudada y caer rendido entre guitarrazos del rock más primario.

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Creedence Clearwater Revival – «Green River» (1969)

Me ha sido realmente difícil elegir el mejor disco de Creedence Clearwater Revival. ¡Son todos tan buenos! (salvo quizá el último, «Mardi Grass», de 1972). Es envidiable el nivel de calidad y cantidad de grandes temas que la banda californiana lanzó en su desgraciadamente corto periodo de vida, entre los años 1967 y 1972, llegando a publicar nada menos que tres álbumes en 1969, el año al que precisamente pertenece «Green River» (3 agosto 1969). Pero es en este disco donde creo que condensan su sonido característico de rock de raíces sureñas estadounidenses, ya con el demoledor inicio de las sucesivas «Green River», «Commotion» y «Tombstone Shadow». Mezclado con los medios tiempos de las más sentidas «Wrote A Song For Everyone» y «Lodi» (una de mis favoritas), o con su himno «Bad Moon Rising», o con la muy recuperable «Sinster Purpose». Aunque, desde luego, lo recomendable es escucharse su discografía del tirón. Son sólo siete álbumes pero es puritito rock’n’roll.

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Vídeo de «Lodi» (subtitulado).

De Creedence Clearwater Revival también te recomendamos:

«Creedence Clearwater Revival» (1968)
«Bayou Country» (1969)
«Willy And The Poor Boys» (1969)
«Cosmo’s Factory» (1970)
«Pendulum» (1971)

Los Planetas – «Super 8» (1994)

La biblia del noise-pop español llegó en el año 1994. Los Planetas, la banda granadina encabezada por J (¿voz?) y Florent (guitarra), lanzaban «Super 8» (13 junio 1994), su primer trabajo de larga duración y todo un salto de calidad en la escena musical española, pistoletazo de salida del indie nacional moderno. Ya desde los primeros acordes (y acoples) del tema de apertura, «De viaje», intuimos que nos encontramos con algo grande: diez canciones redondas que navegan entre el ruidismo del corte inicial, de «Jesús» o de «La Caja del Diablo» y el pop directo de «¿Qué puedo hacer?» o de «Brigitte», pasando por el existencialismo de «Si está bien» y el lado oscuro de «10.000» o de «Desorden». Lástima que, en la traslación al directo, la banda siempre tuviese que bregar con la (digamos que) particular voz de J. En cualquier caso, un disco que aunó altísima calidad con (relativo) enorme gancho comercial y que ejerce una tremenda influencia hasta nuestros días, aunque actualmente Los Planetas prefieran otros caminos musicales, en mi opinión, menos certeros.

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De Los Planetas también te recomendamos:

«Pop» (1996)
«Una semana en el motor de un autobús» (1998)